¿Es motivo suficiente,
según su versión, porque la verdad es otra, "negarse"a firmar
un documento sin importancia, para despedir a un trabajador?. Algo no concuerda.
Porque la verdad es que yo nunca me negué.
Parece ser que en una empresa privada no puede ni debe ser motivo suficiente para despedir a un trabajador, pero
en la Unión Sindical Obrera si.Veinticinco años de democracia en España, años de lucha sindical durante los que muchos compañeros han entregado su tiempo, ha arriesgado su integridad, incluida su libertad para conseguir unas condiciones de trabajo dignas y unos derechos. ¿Para qué?
Para que los que dicen llamarse militantes y compañeros las infrinjan sin que les tiemble la mano, vulnerando mis derechos más básicos como trabajador.
Estos derechos fundamentales, han sido violados, no por un empresario cuyo objetivo final es la obtención de unos beneficios.
No, esos derechos han sido quebrantados dolosamente por aquellos que obstentan la representación de la Unión Sindical Obrera de Asturias, con la misma agravante, conseguir beneficios a costa de un trabajador.
Esto viene de muy atrás, desde que comence mi carrera en la escuela, pero durante estos dos últimos años, la situación se ha agrabado. He sufrido insultos, acoso moral, aislamiento, hurto de material intelectual, intentos de interferir en mi vida privada, coacciones, en una palabra,
MOBBING.
A pesar de todo, yo he intentado mantenerme al margen, yo iba al centro a enseñar, A TRABAJAR. Como en esto dos años no han conseguido que entrase en el juego que proponian los encargados del centro de formación de la Unión Sindical Obrera, basado en el amiguismo, (del que a mi me acusaban en otro tiempo), y de comprar a la gente a base de favores, sin tener en cuenta la calidad contrastada de su trabajo, finalmente han optado por otros caminos:
EL CHANTAJE Y LAS AMENAZAS AL SINDICATO."O él o nosotros", eso parece ser lo que han dicho tres monitores del Centro de formación que dicen llamarse "compañeros", y el sindicato finalmente ha claudicado.
ES MÁS FACIL PRESCIDIR DE UNO QUE DE TRES, es decir, al más débil, sea quien sea el culpable, porque eso han hecho.
Al final han conseguido lo que buscaban desde hace tiempo, dejar en la calle a "un trabajador de un sindicato", con la agravante de la edad, con sesenta años, poniendo en peligro una jubilación digna, porque según ellos me negué a firmar un documento.
El verdadero motivo de todo esto, lo pinten como lo pinte es por VENGANZA, es una larga historia.